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Plumilla y pincel: un cutre-trabajo de clase


Casi desde el comienzo de la especie el ser humano ha sentido la necesidad de representar las cosas que veía a su alrededor, ya fueran figuras en la pared, los mosaicos de una iglesia o el lienzo de una sala de exposiciones. Y algo curioso, ya en esas representaciones pre-históricas se servía de un sexto dedo con tacto de piel de animal. Desde entonces el pincel no ha variado apenas en su esencia, aunque si ha sido perfeccionado y adaptado a las diferentes técnicas que surgían a lo largo de la historia. Por ello podemos encontrarnos con muchísimos modelos en los que el tamaño y forma del palo, grosor, tipos de cerdas y corte de éstas varía dependiendo de su calidad y uso.

Con la civilización llegó otro tipo de representación, el lenguaje escrito, que en su comienzo adquirió multitud de formas, ya fuera en jeroglíficos, combinaciones de flores, cuentas de colores, incisiones o nudos… La plumilla, que también es una útil herramienta de dibujo, está muy ligada a esta nueva representación. La pluma de caña en un principio fue un instrumento a modo de pincel sin corte ni hendidura, vino después la pluma de junco cortada y, más tarde, el tubo de caña propiamente dicho. Aunque los romanos ya disponían de aparatos parecidos a las plumillas de bronce o cobre, fue la pluma de ave quien sustituyó a la pluma de caña; extendiendo su reinado por toda la Edad Media y hasta el siglo XVIII momento en que se inventa la plumilla en sí. Dicho invento se le atribuye a Luis Senefelder, padre a su vez de la litografía. A principios del XIX es Bürger de Königeberg el encargado de darle a la plumilla la estructura que usamos hoy día: una pequeña pieza que se ajusta a un palillero. A su vez es Joseph Guillott el primero en fabricarlas de acero y en serie. En cuanto a la pluma estilográfica, fue inventada por Lewis Waterman quien empezara a investigar a raíz de derramar su tintero sobre un contrato importante que estaba a punto de firmar.

Y la historia del ser humano continúa con nosotros que seguimos usando estas herramientas de trabajo.
Desidia Desastre

1 comentario:

Estefanía Ponce "RX" dijo...

Hum... Una ilustradora que nos ilustra sobre la ilustre historia del pincel y la plumilla.
Gracias por los datos!